Comecocos, marcianitos, maquinitas... así se llamaba a los videojuegos en un principio, de una manera despectiva. Pues bien, matar marcianos se ha convertido en una industria que ha superado al cine y la música. Y la calidad de las composiciones que se realizan en este sector es igual o mejor que la música que se compone actualmente para cine.
En los videojuegos hay más libertad, más creatividad, más espacio para experimentar. Es más variada, más éxtrema. Tiene cabida desde música retro creada para procesadores de 8 bits hasta música épica interpretada por grandes orquestas y coros.
He elegido algunos temas para ilustrar el estado de las bandas sonoras para videojuegos en estos últimos años. Me dejo mucha música interesante pero creo que con 3 horas es suficiente para hacerse una idea. Aún así, no descarto hacer una secuela.
